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Kim Tawm

Kim Tawm

 

Los ejercicios secretos de los monjes taoístas

 

(Chi Kung)

 

Les Exercises Secrets des Moines Taoistes

 

 

 

 

 

 

 

A mi Maestro

 

Y he de manifestar agradecimiento a mis amigos:

 

André Faubert,

Michel Virol,

el doctor Dang Lanthanh,

el doctor Lam Myhanh,

y a mis hijas,

por su eficaz ayuda.

 


PREFACIO

 

Tiene usted en sus manos un manual que se inserta en la antigua y siempre actual Tradición China. Formulamos un deseo: que no sea un simple libro, únicamente destinado a envejecer en las grandes y bien adornadas bibliotecas de los coleccionistas, como sucede con muchas obras.

El contenido es el reflejo de algo vivido, cuya riqueza no puede apreciarse más que con una práctica diaria y asidua. Los frutos prometidos a los adeptos de tales métodos, no los puede imaginar un neófito.

Esta guía es recomendable para toda persona que anhele convertirse en otra; es cierto que pensamos, sobre todo, en quienes practican la medicina china. Tendrán la garantía de poder afinar considerablemente su "Tchi" en todas sus manifestaciones, para mayor beneficio de las relaciones con su entorno, en todo el sentido de la palabra.

Estas series de ejercicios son una preparación indispensable para quienes quieran progresar en el sentido de "camino" , más que racional, formando parte integrante de la realidad universal.

Las consideraciones que se refieren a la dietética, son interesantes en más de un sentido. El lector notará, con interés, con curiosidad, que ciertas prohibiciones se basan en creencias similares a las que estaban en vigor durante nuestro período medieval.

 

A. Faubert

Doctor en acupuntura

 


INTRODUCCION

 

Los ejercicios taoístas que describimos en este libro han sido escogidos y experimentados durante tres años de preparación, en los cuales hemos acompañado a nuestro Maestro.

Gracias a un entrenamiento regular, hemos obtenido muy buenos efectos en los niveles físico, mental y espiritual. Invitamos cordialmente a los lectores a ejercitarse en estas técnicas durante tres meses, con el propósito de que constaten por sí mismos los beneficios que se pueden obtener. El practicante puede llegar a transformar completa-

mente su existencia.

Estos ejercicios secretos, lo podemos confirmar, no son peligrosos. De todos modos, el efecto beneficioso se obtiene ejecutándolos correcta y regularmente, considerando con atención nuestras descripciones.

Después de tres meses de práctica, es posible volver a conciliar el sueño. hacer una buena digestión, obtener resistencia tanto al frío como al calor, alegría, paz interior, memoria, intuición. . . Se pueden producir otras transformaciones en el nivel espiritual: la tolerancia con respecto a todas las religiones, el respeto para todos los seres huma-

nos, sin distinción de raza o de ideología.

Según el tiempo del que se disponga, se pueden escoger doce ejercicios básicos, más un ejercicio estacional, y los dos ejercicios universales. El ejercicio de los tres secretos ha de ser practicado cotidianamente, con la finalidad de desarrollar el magnetismo personal y la intuición, siendo de gran ayuda durante las épocas difíciles de la existencia.

Los cinco ejercicios basados en la ley de los cinco elementos, es preferible practicarlos durante la mañana, y al menos una vez cada semana.

Todo el mundo puede practicar estas técnicas que, en otro tiempo, fueron patrimonio exclusivo de los monjes. Donde haya evolución del pensamiento humano y de las condiciones sociales, es posible practicarlos correctamente, sin que sea necesario abandonar ni la vida familiar ni la profesional.

Hay que tener en cuenta, para más tranquilidad, que el Taoísmo no es ni una nueva religión, ni una secta recién fundada: es una manera de vivir en armonía con las leyes de la naturaleza, con el fin de encontrar o de mantener la salud, la felicidad y la paz.

Voluntariamente dejamos a un lado la parte teórica del Taoísmo, la cual ya han descrito otros autores; solamente trataremos de la práctica, tal y como nos ha sido enseñada por nuestro Maestro.

En cada siglo un Maestro taoísta descubre cierto número de ejercicios nuevos, y hasta el

momento presente, salvo error por mi parte, más de setecientos ejercicios han sido ya descritos, sucintamente, en numerosas obras. Los ejercicios que describimos en este libro han sido escogidos por nuestro Maestro actual.

Entre los ejercicios secretos, hay que citar igualmente el "Trae-Tsi-Chilan", con sus 108

movimientos lentos, de los cuales aconsejamos encarecidamente la práctica al lector. Es necesario inscribirse en una escuela de "Trae-Tsi-Chilan Tradicional", en ella enseñan el secreto del "juego de los pies" . Los efectos en los niveles físico y mental, serán mejores.

 

Kim Tawm

 


EJERCICIOS BASICOS

 

 

Serie de doce ejercicios de práctica diaria, al amanecer, orientado hacia el Este

 

 

 

Ejercicio nº 1

"Crujir de dientes"

 

Sentado, con las piernas cruzadas y el tronco erguido. Espire profundamente por la boca, tres veces consecutivas, y luego procure encontrar el vacío mental. Chasque las mandíbulas treinta y seis veces, haciendo ruido. Enlace con el ejercicio 2.

 

 

Ejercicio nº 2

"Tragar la saliva"

 

Con la boca cerrada, remueva la lengua a derecha y a izquierda, hacia arriba y hacia abajo, para acumular saliva, emitiendo cierto sonido de gorgoteo. Divida la saliva en tres partes. Tráguese cada parte con fuerza y rápidamente, como si se tragara algo amargo. Enlace con el ejercicio 3.

 

 

Ejercicio nº 3

"Aseo en seco"

 

Siéntese con el cuerpo erguido.

Frótese las palmas de las manos una contra otra, hasta que las sienta muy calientes.

Aplique enseguida, y sucesivamente, las palmas sobre las partes siguientes:

 

- Sobre la frente, busque el contacto cubital de las manos; deslícelas hasta la parte trasera de la cabeza, volviendo a la posición de partida, para realizar el movimiento tres

veces consecutivas.

-Sobre los ojos, frótese hasta la parte posterior de la cabeza, tres veces.

- Sobre las mejillas, frótese hasta la parte posterior de la cabeza, tres veces.

- Sobre la nariz, frótese hacia la parte posterior de la cabeza, tres veces.

- Sobre la boca, frótese hasta la parte posterior de la cabeza, tres veces.

- Sobre el mentón, frótese hacia la parte posterior de la cabeza, tres veces.

- Sobre el cuello, frótese -por debajo de las orejas- hasta la parte posterior de la cabeza, tres veces.

- Sobre la nuca, frótese hacia la parte posterior de la cabeza, tres veces.

-Sobre las orejas, frótese hasta la parte posterior de la cabeza, tres veces.

 

Durante este ejercicio, hay que frotar las palmas de las manos cada vez que se enfríen.

 

 


Ejercicio nº 4

"Tamborilear"

 

Siga sentado con el cuerpo erguido. Tápese las orejas con las palmas de las manos, y los dedos dirigidos hacia el occipucio, con los extremos de los corazones uniéndose en la base del hueso occipital. El índice de cada mano, doblado y apoyado firmemente sobre el dedo corazón. Acentúe la presión de los índices para hacer que resbalen, con el

propósito de que golpeen simultánea y secamente en la base del occipucio.

Repita treinta y seis veces este movimiento.

 

 

Ejercicio nº 5

"Masaje en la médula espinal"

 

Con la palma de la mano izquierda frótese la zona alta y media del cuello, treinta y seis veces. La mano se ha de desplazar lateralmente, efectuando un movimiento de vaivén.

Repita el ejercicio con la mano derecha.

 

Ejercicio nº 6

"Rotación del tronco celeste"

 

Siéntese con las piernas cruzadas y el tronco erguido. Ponga la mano izquierda sobre el hombro derecho; la mano derecha sobre el hombro izquierdo.

Lentamente, gire el tronco hacia la izquierda, después hacia la derecha, siete veces hacia cada lado.

 

Ejercicio nº 7

"Sostener el cielo"

 

De pie, con el cuerpo derecho, levante los brazos verticalmente, con los puños cerrados. Inspire por la nariz, inclinando simultáneamente la cabeza y el tronco hacia atrás. Cuando llegue al final de la inspiración, espire soltando rápidamente hacia adelante el cuerpo y los brazos, cogiendo las rodillas con las manos.

Repita este ejercicio tres veces.

 

 


Ejercicio nº 8

"Tensar el arco"

 

Siéntese con las piernas cruzadas y el tronco erguido. Extienda ambos brazos, paralelamente hacia adelante, los puños cerrados y los índices levantados hacia el cielo.

Gire el tronco hacia la izquierda, los brazos extendidos seguirán el movimiento. Fije la mirada en el índice izquierdo. Lleve la mano derecha (puño cerrado, pulgar hacia arriba) en dirección a la derecha, como cuando se tensa la cuerda de un arco para tirar una flecha. Durante todo el movimiento, la cabeza mirará siempre hacia el índice izquierdo.

Vuelva a la posición inicial y ejecute de nuevo el movimiento hacia el lado opuesto.

Haga el ejercicio siete veces hacia cada lado.

 

 

Ejercicio nº 9

"Masaje en el ombligo"

 

De pie con el cuerpo derecho, coloque su mano izquierda sobre los genitales. La mano derecha dará masaje al abdomen, describiendo un movimiento circular alrededor del ombligo, treinta y seis veces.

Invierta la posición de las manos, y dé masaje de nuevo, treinta y seis veces.

 

 

Ejercicio nº 10

"Masaje en los riñones"

 

Siéntese y mantenga el tronco erguido. Frote las palmas de sus manos hasta que estén calientes.

Aplique las manos sobre los riñones, dando masaje enérgico treinta y seis veces, de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.

 

Ejercicio nº 11

"Masaje de Iong-Tsiuann"

 

Siga sentado y con el tronco derecho. Con la mano izquierda sujetará el pie izquierdo. Con la mano derecha dará enérgico masaje en la parte anterior de la planta del pie, treinta y seis veces, donde se encuentra el punto de acupuntura "iong-tsiuann", primer punto en el meridiano de los riñones.

Ejecute el mismo masaje en la planta del otro pie, treinta y seis veces.

 

 

Ejercicio nº 12

"Masaje en la columna vertebral"

 

Con el tronco erguido, seguirá sentado. Frote las palmas de sus manos, una contra otra, hasta que estén muy calientes. Únalas en la columna vertebral, dando enérgico masaje, treinta y seis veces, desde la cintura hasta el cóccix.

 

 


OBSERVACION

 

La práctica regular de estos doce ejercicios protege de los ataques de los "demonios" (Koilei) y de la confusión de las energías perversas; el espíritu permanece lúcido.

 

 

 


EJERCICIOS PREPARATORIOS PARA EL AYUNO

 

Antes de hacer ayuno, es recomendable purgarse.

Durante todo el período de abstinencia, es necesario consumir de uno a tres litros de agua cada día; y es saludable que se tomen uno o dos baños cotidianos, a la temperatura que cada cual estime adecuada.

La duración de un ayuno oscila entre siete y cien días. Después de una dieta de larga duración (catorce días, por ejemplo), son necesarias ciertas precauciones antes de volver a una alimentación normal, con el objetivo de no causar un sobresalto al estómago. N o aborde los alimentos sólidos más que al cabo de cuatro o cinco días de seguir un

régimen.

Los dos ejercicios que siguen permiten ayunar con cierta alegría.

 

Ejercicio nº 1

 

Hacia el mediodía, siéntese con las piernas cruzadas, el tronco erguido, ambas manos entrelazadas, con los pulgares en paralelo, la cabeza un poco inclinada hacia adelante (algunos grados); el vestido ha de ser ligero, suelto. Cierre los ojos, espire a fondo por la boca tres veces. Luego cierre la boca, los dientes se tocarán sin apretarse; doble la lengua hacia la glotis:

 

1. - Inspire suave y lentamente por la nariz. Sienta cómo penetra el aire y desciende

lentamente hasta el ombligo. Con la mente, lleve el aire desde el ombligo hasta el cóccix (figura 1).

2.-Retenga el aliento y apriete el ano. Con la mente, dirija la respiración contenida

hacia el ombligo; luego espire (figura 2).

 

Cuando tenga sensación de hambre, repita seis veces este ejercicio.

 

 

Ejercicio nº 2

 

El objetivo de este ejercicio es ayudarle a recuperar las fuerzas.

Sentado, yerga el tronco, cruce las piernas y, con los pulgares en contacto, entrelace las manos.

 

1.- Inspire suave y lentamente por la nariz, imaginando que el aire se dirige hacia el

ombligo, y luego desde el ombligo hasta el cóccix.

2.- Retenga la inspiración, apretando el ano; acto seguido y con la mente, dirija el aire

desde el cóccix hacia la cima de la cabeza, siguiendo la vía de la columna vertebral.

Después espire (figura 3).

 

Este ejercicio no debe ser ejecutado más de ciento ocho veces si no está bajo el control directo de un verdadero Maestro.

La práctica ha de ser cotidiana: cuatro sesiones cada día (a mediodía, a medianoche, al alba y al crepúsculo).


EJERCICIOS UNIVERSALES

 

Los dos ejercicios que siguen están indicados por su acción preventiva o curativa. También sirven para curar las úlceras orgánicas, las cirrosis, la hipertensión, los problemas cardíacos, la depresión nerviosa, el bocio o las paperas, las afecciones

de los ojos, etc. Ciertas escuelas los recomiendan para todo tipo de afecciones, incluso las más graves.

 

Ejercicio nº 1

 

De pie, separe los pies alrededor de 40 centímetros, o para mayor exactitud, tanto como la anchura de los hombros. Doble los dedos de los pies hacia abajo, de manera que la planta forme bastante puente en la parte anterior. Los pies se apoyarán fuertemente en el calcañar, en el borde externo y en las extremidades de los dedos doblados. Durante

todo el ejercicio el pensamiento deberá estar centrado en el punto "iong-tsiuann" , primer punto del meridiano de los riñones, el cual está situado, en este caso, en el hueco que se forma en la parte anterior de la planta.

Mantenga el cuerpo erguido y la vista en la línea del horizonte (o cierre los ojos). Levante suavemente y despacio ambos brazos hacia adelante, hasta la línea horizontal; no efectúe ningún tipo de resistencia. Deje las manos colgando, como muertas. Inspire por la nariz, lentamente, al tiempo que va levantando los brazos.

Cuando llegue a la altura de los hombros, volverá a bajar lentamente los brazos, más atrás del cuerpo. Mientras los baja, deje que las manos vuelvan a su posición natural; pero al acabar el movimiento, flexiónelas de modo que las palmas miren hacia arriba. Este segundo tiempo del movimiento se hará espirando suavemente y de modo natural.

Al acabar la espiración, vuelva a inspirar mientras lleva los brazos hacia adelante.

Con el propósito de que este ejercicio sea eficaz, es importante que la parte del cuerpo que va desde la cabeza hasta la cintura, esté distendida, ligera. Por el contrario, la parte que va desde la cintura hasta la planta de los pies, deberá estar firme. Para hacernos una idea: la repartición de las fuerzas ha de ser un 70% abajo y un 30% arriba. Es indispensable que el peso recaiga en los talones y en los pies torcidos, como si quisiéramos agarrar el suelo con los dedos. No deje de estar atento durante todo el ejercicio. Empiece con doscientos movimientos, luego aumente hasta mil o más, paulatinamente, en cada sesión. No olvide que se trata de un ejercicio cuyo valor reside en una práctica regular y cotidiana.


Ejercicio nº 2

 

De pie, con el cuerpo erguido, separe los pies en proporción a la anchura de sus hombros.

Cierre los ojos, inspire y espire lentamente.

Ponga el índice, el corazón y el anular de cada mano, uña con uña, en la parte superior del esternón, entre las clavículas, tocando la piel. Hágase un masaje describiendo pequeños círculos centrados en una línea imaginaria que uniría la parte superior del esternón y el ombligo.

Primero haga el masaje de arriba hacia abajo; luego al revés, siguiendo el sentido de las agujas del reloj. Cuente ciento ocho circunferencias sólo en un sentido. Después realice el mismo masaje invirtiendo el sentido de las vueltas. Recuerde: es condición indispensable, para que este ejercicio sea eficaz, una práctica regular y cotidiana.


EJERCICIOS ESTACIONALES

 

Los veinticuatro ejercicios estacionales deben ser practicados al amanecer, hacia las 5 h. de la madrugada, a mediodía y a medianoche.

Tenga presente que la ejecución de los ejercicios ha de llevarla a cabo orientado hacia el Este.

 

 

Ejercicio nº 1

 

Es recomendable que practique este ejercicio cada año, desde el 5 al 19 de febrero. Se sentará con las piernas cruzadas "en la postura del loto". Posará la mano derecha sobre el muslo izquierdo, agarrando la muñeca derecha con el índice y el pulgar de la mano izquierda. Apoye ambas manos en el muslo al tiempo que gira el tronco y la cabeza hacia la derecha; apriete los dientes, espirando después por la boca. Posará la mano izquierda sobre el muslo derecho, cogiendo la muñeca con el pulgar y el índice de la mano derecha. Apoye ambas manos en el muslo derecho, al tiempo que vuelve hacia la

izquierda el tronco y la cabeza; apriete las mandíbulas y espire por la boca. Ejecutará este ejercicio quince veces hacia cada lado, alternativamente. Seguirá en la posición del loto, chascará los dientes treinta y seis veces, tragando después la saliva en tres sorbos. Respire por la nariz con calma y lentamente.

Este ejercicio es eficaz para los dolores de cabeza, las jaquecas, el dolor en las articulaciones de los hombros y de los codos, las indigestiones, etc.

 

Ejercicio nº 2

 

Lo podrá practicar cada año, desde el 20 de febrero al 6 de marzo.

Este ejercicio es idéntico al nº 1, solo que ha de poner las manos en las rodillas en lugar de los muslos.

Es un ejercicio eficaz contra los "vientos perversos" , que atacan en los tres hogares (centros); para el zumbido auditivo; contra las transpiraciones abundantes; para la irritación de los lagrimales; contra la sequedad en la boca.

Realizará el ejercicio quince veces hacia cada lado, alternativamente.

 

 

Ejercicio nº 3

 

Su práctica es eficaz desde el 7 al 22 de marzo.

En "la posición del loto" , erguirá la cabeza y apoyará los codos en el tronco, con los antebrazos hacia adelante, en la línea paralela de los muslos (figura 3).

Apriete los puños al tiempo que sacude los codos hacia atrás, bajando a la vez la cabeza. Apretando los dientes, espire por la boca y abra ambas manos.

Haga este ejercicio treinta veces.

Siga en la posición del loto, posando las manos en los muslos; cruja los dientes treinta y seis veces, y trague los tres sorbos de saliva. Ahora respire con calma por la nariz, lentamente.

Este ejercicio es eficaz para luchar contra las energías perversas que atacan en los pulmones y en el estómago; rejuvenece la piel del rostro; alivia la sequedad de la boca, la falta de olfato, los dolores de cabeza, la inflamación de las encías y corrige las molestias en la vista.

 

 

Ejercicio nº 4

 

Recomendable desde el 23 de marzo hasta el 7 de abril.

Siéntese cruzando las piernas.

Ponga las manos sobre el pecho y yerga la cabeza.

Extienda y distienda ambos brazos hacia la izquierda, diagonalmente; al mismo tiempo girará la cabeza hacia la derecha (figura 4).

Apriete las mandíbulas y, como fin del movimiento, espire por la boca.

Vuelva a llevar las manos hacia el pecho, y como si estuviese empujando, las extenderá hacia la derecha, girando la cabeza hacia la izquierda.

Apriete los dientes, espirando por la boca como fin del movimiento.

Realice este ejercicio cuarenta y dos veces.

 

Sin abandonar la posición del loto, con las manos sobre los muslos, chasque los dientes treinta y seis veces, absorbiendo la saliva en tres tragos.

Respire con calma por la nariz.

Este ejercicio es eficaz para el dolor en la espalda, en el pecho y en los hombros. Mejora la circulación sanguínea; hace que la fiebre y las inflamaciones desciendan. Es bueno para el zumbido en el oído, la sequedad de la piel y las irritaciones que causan escozor.

 

 

Ejercicio nº 5

 

Para practicarlo desde el 8 al 23 de abril.

Siéntese y cruce las piernas.

Extienda el brazo izquierdo hacia la izquierda, paralelamente al suelo, con la mano levantada (figura 5) y la cabeza erguida.

Coloque la mano derecha sobre el pecho derecho, dejando el codo hacia atrás.

Apriete los dientes y espire por la boca como fin del movimiento. Después lleve la mano izquierda hacia el pecho izquierdo, tendiendo el brazo derecho hacia la derecha con la mano levantada, paralelamente al suelo, y con la cabeza erguida, tire al mismo tiempo del codo izquierdo hacia atrás.

Realice este ejercicio cincuenta y seis veces.

Una vez que haya terminado, chasque las mandíbulas treinta y seis veces. Trague la saliva en tres sorbos. Ahora respire con calma y lentamente por la nariz.

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