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CURACION

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CURACION

CON COLOR

 

Helen  Graham

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Contenido

 

Primera parte

Capítulo uno

La historia de la curación con color....................................... 5

 

Capitulo dos

Los principios de la curación con color.................................15

 

 

Segunda parte

Capítulo tres

Desarrolla la conciencia de colores......................................39

 

Capítulo cuatro

Relajación con colores......................................................... 44

 

 

Capítulo cinco

Identifica las obstrucciones de energía mediante................ 52

 

Capitulo seis

Equilibrio de energía mediante el color.................................57

 

Capítulo siete

Inhala color........................................................................... 64

 

Capítulo ocho

Deja que el color se te vaya a la cabeza............................. 68

 

Capítulo nueve

Control del dolor con fantasías de color. ..............................72

 

Capítulo diez

Pon color a tu vida....................................,...........................75

 

Lecturas recomendadas. ......................................................84

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PRIMERA PARTE

Capítulo uno

La historia de la curación con color

 

'Que se haga la luz: y la luz se hizo,’

(Génesis 1:3)

 

A principios de la década de 1970, Lindsey, una amiga mía, tomo parte en un experimento único. Con su marido, tres hijos chicos y otras diez personas, fue seleccionadas de entre varios miles de solicitantes para vivir por doce meses en un asentamiento reconstruido de la Edad de Hierro, de manera que arqueólogos, antropólogos e historiadores sociales pudieran probar diversas teorías sobre los modelos de vida de hace cerca de 2,000 años. Lindsey me contó que uno de los aspectos que más extrañaron   ella y sus compañeros fue el color. Vivir en una choza oscura, en un claro del bosque, hizo que se dieran cuenta de su importancia en la vida diaria. Lo anhelaban tanto que intentaron, sin éxito, poner algo de color en sus vidas oscuras al producir tintes. Los rehenes de mucho tiempo, como Brian Keenan, también han descrito un anhelo similar, y su alivio al poder dar un vistazo al color del cielo.

 

Quienes nunca han sido privados del color lo dan por sentado y, por lo general, no se dan cuenta de su importancia para nuestra salud y bienestar. Sin embargo, es una necesidad básica. Nuestros primeros ancestros se dieron cuenta de esto y las tradiciones curativas de la antigüedad en muchas culturas reflejan este conocimiento. El uso del color en la curación no es nuevo, la terapia del color, como se le llama en la actualidad, representa el redescubrimiento de algunos de los principios y prácticas que se han conocido desde los tiempos más antiguos.

 

Iluminándose

 

El hombre primitivo consideraba la luz algo que sustentaba la vida y todas las funciones y procesos de los seres vivos. Por lo tanto, 'iluminación' era sinónima de salud en su sentido literal de estar completo o ser santo en cuerpo, mente y espíritu. Para los seres primitivos, la luz era esencial como fenómeno espíritu al además de físico.

 

En muchas culturas de la antigüedad se adoraba el sol. La meta más importante de la vida era, para el hombre, comprender totalmente la luz y, por consecuencia, a Dios. La magia antigua trataba de lograr esta conexión al 'atraer la luz', transferir y reflejar su poder. De esta forma, la magia y la religión están inseparablemente unidas entre sí y con la medicina.

 

 

 

Luz y color

 

La luz es una banda angosta de energía visible en medio de un espectro que abarca energías que van de 10s rayos cósmicos a las ondas de radio. Estas energías se pueden clasificar de acuerdo a la longitud de onda y se miden en manómetros, cada uno equivalente a un millonésimo de milímetro. El espectro de la luz visible cae en la banda de 380 a 760 nm. Nuestros ojos pueden sentir cada variación en longitud de onda dentro de esta banda de energía y la interpretan como un color especifico. Los rojos tienen la longitud de onda más grande, frecuencia más baja y menor energía, mientras que los violetas tienen la longitud de onda más corta, las mayores frecuencias y más energía. Más allá del extremo rojo del espectro visible existe las longitudes de onda más largas de la radiación infrarroja, las microondas y las ondas de radio;  más allá del extremo violeta existen las longitudes de onda más cortas de la radiación ultravioleta, los rayos X, los rayos gama y los rayos cósmicos. La energía de  a luz del sol produce todas las longitudes de onda de color, desde el ultravioleta, pasando por el espectro visible hasta el infrarrojo en una distribución más o menos igual. A esto se le conoce como luz blanca de espectro completo.

 

Los efectos del color en la vida debieron tener un gran significado para los primeros seres humanos, cuya mera existencia estaba regida por la luz y la oscuridad. La mayoría de los seres vivos parece fortalecerse con los brillantes rojos, anaranjados y amarillos  de la luz del día y calmarse y rejuvenecerse con los azules, índigos y violetas de la noche. Los antiguos consideraban que los colores que forman la luz solar representaban un aspecto diferente de lo divino y que influían en diferentes cualidades de la vida. Por lo tanto, el color es una característica significativa en el simbolismo de las culturas antiguas de todo el mundo, y los orígenes de la curación con color en la civilización occidental se pueden remontar a la mitología de los antiguos egipcios y griegos.

 

 

Curación con color en el mundo primitivo

 

De acuerdo a la mitología del antiguo Egipto, el arte de la curación fue fundado por el dios Thoth. Los antiguos griegos lo conocían como Hermes Trismegistus, literalmente 'tres veces más grande que Hermes', ya que también se le acreditaban diversas obras de misticismo y magia. Las enseñas que se le atribuyen incluían el uso del color en la curación, y en la tradición hermética, los antiguos egipcios y griegos empleaban minerales, piedras, cristales, ungüentos y tintes, todos coloridos, como remedios, y pintaban los santuarios de tratamiento con diversos tonos.

 

El interés en la naturaleza física del color avanzó junto con el concepto de los elementos: aire, fuego, agua y tierra. Estos componentes fundamentales del universo se asociaban con las cualidades de frío, calor, húmedo y seco, y también con los humores o fluidos del cuerpo, cólera o bilis amarilla, sangre (roja), flema (blanca) y melancolía o bilis negra. Se pensaba que se producían en cuatro órganos (bazo, corazón, hígado y cerebro), y que determinaban la disposición emocional y física. La salud implicaba el equilibrio apropiado de estos humores y la enfermedad la mezcla en una proporción incorrecta. El color era intrínseco a la curación, que tenia que restaurar el equilibrio.  Ropas, aceites, emplastos, ungüentos y cataplasmas, de color, se empleaban para tratar la enfermedad.

 

Para finales del periodo clásico en Grecia, estos principios se incluyeron en el marco científico que iba a mantenerse casi sin cambios hasta la Edad Media.

En el siglo 1 d. C., Aurelio Cornelio Celso siguió las doctrinas establecidas por Pitágoras e Hipócrates e incluyó el uso de ungüentos, cataplasmas y flores con color en varios tratados de medicina.

 

 

Curación con color durante la edad media

 

Sin embargo, con la llegada de la cristiandad, todo lo  pagano se exorcizó, incluyendo las prácticas curativas  de egipcios, griegos y romanos. Se detuvo exitosamente el progreso de la medicina en toda Europa  mientras que persiguió a quienes se aferraban a principios y prácticas tradicionales de curación. Las antiguas artes curativas, conservadas sólo mediante tradición oral por los iniciados, se convirtieron en algo escondido u 'oculto'.

 

Fue un médico árabe y discípulo de Aristóteles,  Avicena (980 a alrededor de 1037),  quien desarrolló el arte de la curación. En su obra, Canon de Medicina, dejó en claro la importancia vital del color en el diagnóstico y el tratamiento. Avicena se dio cuenta que el color era un síntoma observable de enfermedad, así que elaboró una tabla que  relacionaba el color con el temperamento y la condición física del cuerpo. Utilizaba el color en el tratamiento, insistía en que el rojo movía la sangre, el azul o el blanco la enfriaba y el amarillo reducía el dolor y la inflamación, prescribía pociones de flores rojas para curar trastornos de la sangre, y flores amarillas y el sol de la mañana para curar trastornos del sistema biliar. 

 

Avicena también escribió sobre los posibles peligros del color en el tratamiento, observando que una persona con hemorragia nasal por ejemplo, no debía ver objetos de color rojo brillante o estar expuesto a luz roja, ya que esto estimularía el humor sanguíneo, mientras que el azul lo calmaría y reduciría el flujo de sangre.

 

El Renacimiento vio un resurgimiento del arte de la curación en Europa. Uno de los curanderos más famosos del periodo fue Theophrastus Bombastus von Hohenheim (1493-1541), conocido como Paracelso, que atribuía su comprensión de las leyes y prácticas de la medicina a sus conversaciones con brujas (mujeres que básicamente eran curanderas paganas expulsadas por la Iglesia).

 

Paracelso consideró a la luz y al color como algo esencial para la buena salud, y los utilizó ampliamente en el tratamiento, junto con elixires, encantamientos y talismanes, hierbas y minerales. Un gran exponente de la alquimia, Paracelso insistió que su verdadero propósito no era hacer oro sino preparar medicinas efectivas, y empleó oro liquido para tratar males; de todo tipo, aparentemente con bastante éxito. En consecuencia, su fama como gran médico se extendió por toda Europa.

 

 

Iluminación, Ciencia y curación

 

Sin embargo, después de la Edad Media, Paracelso y otros alquimistas perdieron su prestigio como místicos, y la magia fue superada por el racionalismo y la ciencia. Para el siglo XVIII, la 'iluminación' había adquirido un nuevo significado. Era el nombre de un movimiento filosófico que enfatizaba la importancia de la razón y de la valoración crítica de las ideas existentes. La razón dictaba que todo conocimiento debía ser cierto y  evidente; se desechaba todo lo que pudiera causar duda. Como resultado, lo divino desapareció gradualmente del punto de vista científico del mundo.

 

Para el siglo XIX, el énfasis en la ciencia se concentraba exclusivamente en lo material, no en lo espiritual. Conforme la medicina se introdujo al sistema de la ciencia, también se concentró en el cuerpo físico material, ignorando la mente y el espíritu. Con la llegada de la medicina y tratamientos como la cirugía y los antisépticos, declinó el interés en la curación con colores. No volvió a surgir hasta el siglo XIX, y entonces no en Europa sino en Norteamérica.

 

En 1876, Augustus Pleasanton publicó Azul y las luces del 501, en donde informó de sus descubrimientos de los efectos del color en plantas, animales y humanos. Afirmó que la calidad, la producción y el tamaño de las uvas se podían aumentar significativamente si se cultivaban en invernaderos con hojas de vidrio de colores azul y transparente en forma alterna.  También informó haber curado ciertas enfermedades, aumentado la fertilidad y la velocidad de maduración física en animales al exponerlos a luz azul. Pleasanton también sostuvo que la luz azul era efectiva para tratar enfermedades y dolor humanos. Su obra logró defensores, pero el sistema médico la desechó por no ser científica. 

 

Sin embargo, en 1877, un distinguido médico, el doctor Seth Pancoast, publicó Luces Azules y Rojas, en la que también abogaba el uso del color en la curación.

 

Los Principios de la Luz y el Color de Edwin Babbit se publicó en 1878; la segunda edición, publicada en 1896, atrajo la atención mundial. Babbit promovió una teoría completa de curación con colores. lentificó al color rojo como un estimulante, principalmente de la sangre, y en menor grado de los nervios; el amarillo y el anaranjado como estimulantes nerviosos; el azul y el violeta como tranquilizantes de todos los sistemas y con propiedades anti inflamatorias. De acuerdo a esto, Babbit prescribía rojo para parálisis, consunción, cansancio físico y reumatismo crónico; amarillo como laxante, emético y purgante, y para dificultades bronquiales; azul para condiciones inflamatorias, ciática, meningitis, dolor de cabeza nervioso, irritabilidad e insolación. Babbit desarrolló diversos aparatos, incluyendo un gabinete especial llamado Thermolume, que utilizaba vidrio de color y luz natural para producir una luz con color; y el Cromodisco, un aparato con forma de embudo con filtros especiales de color que pueden colocarse a varias partes del cuerpo.  

 

Babbit estableció la correspondencia entre colores y minerales, que utilizó como suplementos para el tratamiento con luz de color, y desarrolló elíxires irradiando el agua con luz solar filtrada a través de lentes de color. Afirmaba que esta agua 'potentizada' retenía la energía de los elementos vitales del filtro particular de color que utilizaba, y que tenía un notable poder curativo. Muchos terapeutas de color aún hacen y utilizan en la actualidad las tinturas solares de este tipo. 

 

Entonces surgieron los cromópatas por todo Estados Unidos e Inglaterra, y desarrollaron extensas prescripciones de color para toda enfermedad concebible.  Para finales del siglo XIX, la luz roja se empleaba para prevenir la formación de cicatrices en los casos de viruela, y después se informó de curaciones sorprendentes entre pacientes de tuberculosos expuestos a luz solar y rayos ultravioletas. Sin embargo, la profesión médica se mantuvo escéptica a cualquier afirmación de curación con color.

 

La ciencia del siglo XX y la curación con color

 

Se llevaron a cabo investigaciones sobre los usos terapéuticos del color en Europa a principios del siglo XX, principalmente Rudolph Steiner, quien relacionó el color con figura, forma y sonido. Sugirió que la cualidad vibratoria de ciertos colores se amplifica gracias a ciertas figuras y que determinadas combinaciones de color y forma tienen efectos destructivos o regenerativos en los organismos vivos. En las escuelas inspiradas por la obra de Steiner, los salones de clase están pintados y texturizados para corresponder al estado de 'ánimo' de los niños en diferentes etapas de su desarrollo.

Theo Gimbel continuó la obra de Rudolph Steiner, quien estableció los Estudios l1ygeia y el Colegio de la Terapia de los Colores en Inglaterra. Entre los principios explorados por Gimbel se encuentran las afirmaciones de Max Lüscher, un antiguo Profesor de Psicología de la Universidad de Basle, quien afirmaba que las preferencias de color  demuestran estados de la mente y desequilibrios glandulares, y se pueden utilizar como base para diagnóstico físico y psicológico.  La teoría de Luscher, que representa la base del Test de Colores Lüscher, se sustenta en la idea de que el significado del color para el hombre se origina al principio de su vida, cuando su conducta estaba regida por la noche y el día. Lüscher creía que los colores asociados con estos dos entornas (amarillo y azul oscuro) estaban relacionados con diferencias en la tasa metabólica y las secreciones glandulares apropiadas para la energía que se requiere para el sueño nocturno y la caceria diurna. También creía que las respuestas autónomas (involuntarias) están asociadas a otros colores.

 

El científico ruso S. V. Krakov proporcionó el apoyo para las teorias de Lüscher, al establecer que el rojo estimula la parte simpática del sistema nervioso autónomo, mientras que el azul estimula la parte parasimpática. Sus descubrimientos fueron confirmados en 1958 por Robert Gerard de los Estados Unidos. 

Gerard descubrió que el rojo era molesto para sujetos ansiosos o tensos, mientras que el azul tenía un efecto tranquilizador. El rojo producía sensaciones de excitación y el azul de calma, tranquilidad y bienestar.  El descubrimiento de que la presión sanguínea aumenta bajo luz roja y disminuye bajo la azul condujo a Gerard a sugerir que la activación psicofisiológica  aumenta con la longitud de onda de azul a rojo. 

 

Aunque cauto respecto a sus descubrimientos e insistiendo en la necesidad de mayor investigación, Gerard destacó los posibles beneficios terapéuticos del color azul y lo recomendó como terapia complementaria para el tratamiento de diversas enfermedades. Entre otras sugerencias, Gerard señaló los posibles usos del azul como tranquilizante y relajador en personas ansiosas y como forma de reducir la presión sanguínea en el tratamiento de la hipertensión. 

 

El doctor Harry Wohlfarth también mostró que ciertos colores tienen efectos mensurables y predecibles en el sistema nervioso autónomo de la gente. En numerosos estudios, descubrió que la presión sanguínea, el pulso y la tasa respiratoria aumentan más bajo luz amarilla, moderadamente bajo anaranjada y lo mínimo bajo roja; mientras que disminuyen más bajo la negra, moderadamente bajo la azul y lo mínimo bajo la verde.

 

Investigaciones posteriores en plantas y animales que llevó a cabo el fotobiólogo doctor John Ott también demostraron los efectos del color en el crecimiento y el desarrollo. Se encontró que las plantas que se cultivaron bajo cristal rojo crecían cuatro veces más rápido que las cultivadas con luz solar normal y que crecían mucho más lentamente bajo cristal verde. Sin embargo, aunque la luz roja estimulaba en exceso a as p antas a principio, su crecimiento se detenía posteriormente, mientras que la luz azul producía un crecimiento más lento al principio pero después plantas más altas y gruesas. 

 

Los roedores que se mantienen bajo plástico azul crecen normalmente, pero si se mantienen bajo plástico rojo o rosa, su apetito y Velocidad de crecimiento aumentan. SI se mantienen bajo luz azul los animales tienen pelambre más denso. 

 

Durante la década de 1950, los estudios sugerían que la ictericia neonatal, una enfermedad potencialmente fatal que se encontraba en dos terceras partes de los bebés prematuros, se podía tratar con exposición a la luz solar. Esto se confirmó en la década de 1960 Y la luz blanca reemplazó a las transfusiones sanguíneas de alto riesgo en el tratamiento de esta enfermedad. Después se descubrió que la luz azul era más efectiva y menos peligrosa que la luz de espectro completo, y ahora es la forma más común de tratamiento para la ictericia neonatal. 

 

La luz blanca de amplio espectro también se está utilizando en este momento para el tratamiento de cáncer, trastornos afectivos estaciónales (llamados depresión de invierno), anorexia y bulimia nerviosa, insomnio, desfase horario, dependencia de alcohol y drogas, cambio de turno en el tr...

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